La SOCIOTERAPIA es una metodología de intervención profesional que
integra las
técnicas propias y específicas del Trabajo Social con el enfoque sistémico, lo
cual permite explorar sentimientos, experiencias, reforzar comportamientos,
etc., ampliando así el mundo interno del individuo y la familia, con el fin de promover,
estimular, fomentar y asesorar toda búsqueda de bienestar que parta del
análisis crítico de los mismos integrantes de la familia, promoviendo procesos
resilientes, de autogestión, introyección y acciones de cambio.
Es decir, se
busca el enfoque participativo de la acción profesional en cualquier área de
intervención, analizando la problemática familiar y brindando herramientas para
mejorarla o modificarla. Se enfatiza la fortaleza de la familia, se trata de
detectar y potenciar los elementos positivos con el fin de promocionar la salud
y el bienestar familiar.
El enfoque sistémico es un cuerpo integrado
de principios del comportamiento humano, permite interpretar de manera más
completa los sistemas sociales, facilita
que el Trabajo Social supere el asistencialismo y el paternalismo en la
interacción con los sistemas familiares, y posibilita una visión y una
aproximación integrales de los procesos familiares, porque considera a la
familia como un sistema relacional en constante movimiento con características
específicas y que requiere de un abordaje más complejo y de manera holística.
En palabras más simples, la Socioterapia procura realizar acciones
tendientes a mejorar los sistemas de relaciones y comunicación, y
a capacitar y orientar a individuos, grupos y comunidades para que estos logren
a través de la autogestión y del empleo de sus propios recursos y capacidades, la
satisfacción de sus necesidades, la resolución de sus problemáticas y en
definitiva, su desarrollo integral.
Para
finalizar, la Socioterapia consiste en ayudar a las personas y a las familias a
buscar alternativas de resolución de sus problemas; alentar la tolerancia de
las diferencias y la aceptación de las limitaciones. Si partimos de los
recursos que las personas y las familias tienen, podremos trabajar no sólo
buscando recursos institucionales, sino también aprovechando los recursos
vinculares que serán los que apunten a lograr algunas transformaciones y
modificaciones en la vida cotidiana. Cuando los miembros de una familia dejan
de prestar tanta atención a la conducta frustrante de los otros y empiezan a
verse vinculados entre sí, descubren opciones totalmente nuevas para
relacionarse. La vida en familia enriquece, define y limita nuestra libertad,
pero también ofrece potenciales inexplorados para la felicidad y la realización
personales. En la familia cada persona individual define a las otras y el todo
define a la persona. Las partes enriquecen al todo y el todo enriquece a las
partes.
Se construye, con
quien realiza la consulta, un proceso socioeducativo de acompañamiento,
asesoramiento y orientación, incorporando puntos de vista, dando y
recibiendo conocimientos e informaciones. Al concebir la familia como sistema
social, el trabajador social entiende que todos sus miembros están
interrelacionados de manera tal que si
algo afecta a uno de ellos, a su vez afecta a todo el grupo familiar. Y esto se
aplica tanto para las situaciones conflictivas, disfuncionales, como para las
no conflictivas en cualquier momento del ciclo evolutivo.
A través de la palabra,
la mirada y la escucha, el trabajador social es el “aliviador” (Carballeda,
2007) de las múltiples carencias del sistema familiar, “aliviador” de los padecimientos
de las personas que consultan, apoyando, sosteniendo, acompañando y ayudando a
que estos sujetos desarrollen al máximo sus potencialidades, su capacidad
resiliente y su capacidad de autogestión.
Hoy en día se habla mucho de las “familias disfuncionales”, pero como
dice Salvador Minuchin (1994), en las familias no hay buenos y malos, sino
personas atrapadas en pautas de desarmonía con las que se derrotan a sí mismas.
Por lo tanto, es importante saber que las familias tienen recursos inexplorados
de apoyo, amor y cuidado, y que el bien de todos también será el bien de cada
uno. Por lo tanto, hay que ayudarlos a ver el contexto más amplio del ser
individual: el ser de la familia.
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