El Lic. José Luis
Zamora hace referencia al Paradigma sobre los Ejes Integrales de Intervención del Trabajo
Social, que está basado en la educación social, la autodeterminación, la
autogestión y la participación. Cuatro capacidades sociales que
habilitan al ciudadano a su desenvolvimiento y desempeño adecuado en el sistema
social.
El trabajo social es la disciplina que trabaja
en la interacción entre la naturaleza humana y la naturaleza social, en otras
palabras, en la interrelación entre el entorno y el hombre. Pero no cualquier
parte del entorno, sino específicamente lo social del ambiente.
Los trabajadores sociales tenemos la necesidad, entonces, de trabajar sobre un tipo especial de
educación que contribuya a afianzar el proceso socioeducativo para mejorar la
calidad de vida de las poblaciones. El ejercicio de la ciudadanía debe hacerse con autodeterminación,
autogestión y participación responsable.
El primer cambio paradigmático para trabajar
socialmente –en este aspecto-, es el que indica que “la humanidad vive en
sociedad”: la humanidad no vive en sociedad, sino en procura permanente de
lograr una sociedad de bien común. En tal sentido, la humanidad vive en un sistema
social, que como todo sistema, debe aprender a conocer para manejarse en
él, con autodeterminación, autogestión y participación.
La
autodeterminación es una palabra compuesta y compleja que refiere a la
madurez social que brinda la capacidad para tomar decisiones efectivas
en un contexto convivencial sistémico. Consideremos aquí, que nuestro estado
actual en la vida es el resultado de nuestras decisiones. Que por lo general,
todos tenemos en mente un estado ideal basado en un proyecto de vida, planes,
sueños, etc., y que la probabilidad de un tránsito efectivo entre el estado
actual y el estado óptimo, será la calidad de nuestras decisiones y por tanto
de nuestra autodeterminación.
Las acciones autodeterminadas reflejan cuatro características
principales que siempre deben aparecer:
Ø Autonomía,
Ø Autorregulación,
Ø Empoderamiento y
Ø Autorrealización.
Estas cuatro características principales surgen a medida que las
personas adquieren los elementos componentes de la autodeterminación, entre los
que se incluyen la elección y la toma de decisiones, la resolución de
problemas, el establecimiento de metas y objetivos, la adquisición de
habilidades, el lugar de control interno, las atribuciones positivas de
eficacia, las expectativas de resultado, las aptitudes de liderato y
autogestión, el autoconocimiento y la autoconciencia. La autodeterminación está fundamentada en la
educación social y en la madurez social. Se supone que es una capacidad que
habilita al ciudadano en su carácter de funcionario y usuario del sistema
social.
La autogestión refiere a la madurez
social que brinda la capacidad para
organizarse y actuar en base a propósitos. Nada se puede hacer en sociedad
sin previa organización. Esto es así tanto para la vida personal, como para lo
grupal y comunitario.
O
sea que podemos hablar de autogestión de vida que es una forma dinámica
de proceder individual, mediante la cual las personas orientan, desarrollan y
optimizan sus formas de estar en el mundo, como una manera de
desempeñarse con efectividad y acierto, para lograr lo que necesitan y desean
en el mundo. Hacer autogestión de vida es un modo de expresar las intenciones,
organizar las acciones, tomar las decisiones, desarrollar las actividades
y optimizar el tiempo durante la vida. No es un punto a donde se llega, sino
una forma de transitar por la vida.
La
autogestión comunitaria o grupal, es pensada como una forma de
auto-organización económica y social, basada en el uso colectivo y comunal de
unos recursos y de unos bienes que se ponen al servicio de necesidades comunes.
Desde el Trabajo Social es ponerse
“manos a la obra” a partir de la toma de conciencia de lo que “se es y se
puede ser”, lo que “se tiene y se puede lograr” y las condiciones en que
“se está y se puede cambiar para mejor”. Mientras desde otras disciplinas se
aborda lo subjetivo y lo intersubjetivo, desde el Trabajo Social se trabaja con
ciudadanos y personalidades en interacción, con redes y nodos institucionales,
siempre en el contexto del sistema social, y hacia allí se dirige nuestra
principal labor para desarrollar la capacidad autogestiva.
La
autogestión demanda aptitudes y actitudes sociales, el conocimiento del sistema
donde estamos insertos; ya sea una familia, un hospital, el barrio, sobre
cualquier lugar del entorno rige el sistema social y funcionará, en la medida
en que ejercitemos estas capacidades con responsabilidad.
¿Qué es participar? Participar
es "tomar parte en, o ser parte de", es la capacidad y posibilidad de las personas y los grupos de influir en las condiciones que
afectan sus vidas. Cuando no se
participa, se está dejando en otras manos decisiones que nos afectan y/o
afectan a muchos, lo cual produce
individuos excluidos, los nadie, y comunidades autócratas,
arbitrarias y totalitarias.
Participar
es algo más que asistir o estar presente, es intervenir,
implicarse y sentirse co-responsable porque allí esta su oportunidad de;
opinar, proponer, disentir, apoyar, hacer, colaborar, elegir y decidir sobre lo
que quiere hacer (autodeterminación), sobre lo que hay que hacer (autogestión),
tanto en lo personal, como en lo comunal, y entonces hablamos de:
v Participación autogestiva, para mejorar la vida personal y
familiar
v Participación ciudadana, para mejorar el funcionamiento del
sistema social
v Participación social, para establecer la sociedad de bien
común.
La participación para que sea efectiva, debe estar motivada, esto
significa que “hay que querer participar”. Se debe enseñar-aprender de modo que
“estemos motivados a participar”, “sepamos participar” y -debe ser organizada-, para que “todos
podamos participar”.
En fin, desde el Trabajo Social y la Socioterapia se abordan las problemáticas teniendo como base teórica los cuatro ejes integrales de intervención.
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