"El grado del éxito de un hombre lo determina el dominio que tenga sobre sí mismo, mientras que la profundidad de su fracaso lo determinará la forma en que se abandone..."
Leonardo Da Vinci

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martes, 30 de diciembre de 2014

HABLEMOS DE FAMILIA...


La familia es poderosa por su influencia perdurable en las vidas humanas. Es el primer grupo con el cual entramos en contacto al nacer, y dentro del cual permaneceremos toda o la mayor parte de nuestra vida. La familia influye en el proceso de socialización y desarrollo de la personalidad.

Fundamentalmente la familia hace dos cosas: asegura la supervivencia física y construye lo esencialmente humano del hombre. La familia es el contexto natural para crecer y para recibir auxilio, es un grupo natural que en el curso del tiempo ha elaborado pautas de interacción. Estas constituyen la estructura familiar que, a su vez, rige el funcionamiento de los miembros de la familia, define su gama de conductas y facilita su interacción recíproca. La familia necesita de una estructura viable para desempeñar sus tareas esenciales, es decir, apoyar la individuación al tiempo que proporciona un sentimiento de pertenencia (Eroles, 2001 en Guerrini,2009).

Hasta el momento, ninguna otra institución humana o social ha logrado suplir el funcionamiento de la familia, sobre todo en la satisfacción de las necesidades biológicas y afectivas de los individuos. La familia cambia y continuará cambiando, pero también persistirá, ya que es la unidad humana más adecuada en las actuales sociedades.

Como tal, la familia es la matriz de la identidad y del desarrollo psicosocial de sus miembros, y en este sentido debe acomodarse a la sociedad y garantizar la continuidad de la cultura a la que responde.

Una de las características sustanciales en el quehacer del Trabajo Social, disciplina del área de las Ciencias Sociales, es considerar que la familia siempre ha sido objeto de análisis e intervención, desde los albores del asistencialismo, constituyendo un punto de partida y de llegada para cualquier tipo de abordaje, orientando así todas las acciones hacia el desarrollo de los recursos internos individuales y de la familia.

Virginia Satir, trabajadora social, docente y terapeuta familiar norteamericana, que de niña decía que cuando fuera grande sería “detective de niños para investigar padres”, a través de su práctica profesional llegó a la conclusión de que la familia es un microcosmos del mundo, y para entender al mundo podemos estudiar a la familia: poder, intimidad, autonomía, confianza, habilidad para la comunicación, aspectos vitales que fundamentan nuestra forma de vivir en el mundo. Así, para cambiar al mundo tenemos que cambiar a la familia.


También pudo visualizar que la vida familiar es como un témpano de hielo. La mayoría sólo percibe la décima parte de lo que sucede. Algunos sospechan que ocurre algo más, pero no saben qué es ni cómo averiguarlo. Por eso es muy importante trabajar con las familias en el desarrollo de la autoestima individual y familiar. Esto dará lugar a una mayor comprensión entre individuos, al cuidado personal y de los demás, y darán a nuestros hijos fundamentos firmes a partir de los cuales puedan desarrollar su fortaleza e integración.

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